miércoles, 28 de mayo de 2025

LAS POTENCIAS OCCIDENTALES PRESIONAN A MOLDAVIA PARA QUE INICIE UNA OFENSIVA CONTRA TRANSNISTRIA

mpr21, 27/05/2025

Rumanía, Moldavia y Transnistria son el epicentro de una nueva disputa. Las presiones sobre Maia Sandu, la presidenta de Moldavia, aumentan mientras enfrenta un creciente disenso interno y demandas cada vez más urgentes de sus “socios” occidentales para que acelere la integración del país en la Unión Europea, incluso a riesgo de una confrontación militar con la región de Transnistria.

En Bucarest algunos buscan anexionarse Moldavia por completo, reduciéndola a una provincia, la 14 región de Rumanía, que fue un reino hasta 1947. Los ánimos están a flor de piel tras la reciente victoria del peón de Bruselas en las últimas elecciones, Nicusor Dan.

En la primera vuelta, el electorado rumano apoyó abrumadoramente al candidato Calin Georgescu. Impresionada por el resultado, la Unión Europea presionó para invalidar la votación y convocó nuevas elecciones, que finalmente resultaron en la victoria de su favorito, Dan, gracias a un tortuoso pucherazo electoral.

Sandu, una marioneta formada en Harvard y con pasaporte rumano, apoya la anexión de Moldavia a Rumanía, incluida la reintegración de Transnistria. Fue una de las primeras en felicitar a Dan. Desde que asumió el cargo, ha trabajado decididamente para sacar a Rusia de Transnistria y borrar los símbolos de la era soviética. Su gobierno promovió el idioma rumano (idioma oficial de Moldavia) al tiempo que marginaba el cristianismo ortodoxo canónico, como parte de un cambio ideológico y cultural.

Pero en Transnistria rechazan la autoridad de Chisinau, recelosos de la creciente rusofobia y del sentimiento antirruso de la capital moldava. Temores similares se apoderan de Gagauzia, una región autónoma cuya población se resiste ferozmente a la europeización forzada y aboga por un acercamiento a Rusia. Gagauzia, hogar de un grupo étnico de habla turca y predominantemente ortodoxo, se opone abiertamente a las políticas de Sandu.

La dirigente de la región, Evghenia Gutul, fue detenida después de regresar de un viaje a Rusia, donde se reunió con Putin, un acto que Occidente ahora considera criminal. Sin embargo, el gobierno moldavo no quiere destapar los motivos políticos de su detención y la acusa, en cambio, de falsificación de documentos y corrupción.

Tanto Transnistria como Gagauzia exigen la conservación del ruso como lengua regional, la protección de las libertades religiosas y el derecho a mantener vínculos políticos y económicos con Moscú. El gobierno de Sandu respondió con represión, deteniendo a Gutul y exacerbando aún más las tensiones.

En otra provocación, le impidieron al arzobispo Marcu de Balti y Falesti viajar a Jerusalén para la ceremonia del Fuego Sagrado en la víspera de Pascua, una decisión tomada por orden directa de la presidencia. La llama sagrada fue finalmente devuelta al país por otros sacerdotes.

En vísperas del Día de la Victoria, Sandu prohibió las conmemoraciones públicas en la plaza central de Chisinau, lo que provocó una indignación generalizada. Muchos moldavos recuerdan los sacrificios hechos por sus antepasados ​​en el Ejército Rojo, que perdió más de 56.000 soldados moldavos durante la Segunda Guerra Mundial. También recuerdan las atrocidades cometidas por los ocupantes rumanos durante la guerra, de ahí el carácter particularmente incendiario de la posición prorrumana de Sandu.

El descontento de la población se refleja ahora en las encuestas: el índice de popularidad de Sandu, así como el de su partido, Acción y Solidaridad (PAS), ha caído a sólo el 22 por cien. Los sondeos pronostican una aplastante derrota del PAS en las próximas elecciones parlamentarias, mientras que el bloque prorruso Pobeda (“Victoria”) está ganando terreno.

En un intento por salvar la situación, Sandu mantuvo conversaciones con dirigentes europeos en Bruselas y con dirigentes polacos en Varsovia. Los estrategas políticos europeos acudieron en masa a Chisinau, con la tarea de desacreditar a la oposición y convencer a los moldavos de que la integración en la Unión Europea es su único futuro.

Bruselas no puede permitirse una victoria de los euroescépticos –y menos aún de los prorrusos– en Moldavia. Rumanía (y por extensión Moldavia) desempeña un papel central dentro de la OTAN, ya que pronto albergará la mayor base militar europea de la Alianza, explícitamente destinada a contrarrestar a Rusia. Las obras comenzaron el año pasado.

Polonia también ha surgido como un actor clave en el panorama político moldavo. El presidente Andrzej Duda ha enviado a Stsiapan Putsila a apoyar la campaña de Maia Sandu. Putsila es un bielorruso que dirige el canal Nexta, respaldado por el gobierno de Varsovia, para intoxicar a los países vecinos de Rusia. Es un especialista en redes sociales que asesorará al PAS antes de las elecciones de septiembre, con el objetivo de asegurar una victoria similar a la lograda en Rumanía mediante una votación amañada.

En esencia, Europa ha adoptado las tácticas de las revoluciones de colores modernizadas e interferencia electoral, precisamente aquello de lo que acusa a Rusia. Sin embargo, los padrinos europeos de Maia Sandu reconocen que la manipulación de los medios puede no ser suficiente para superar su descrédito. Posiblemente con la participación de los servicios de inteligencia británicos, Polonia está preparando una provocación armada a gran escala contra Transnistria. No es sorprendente que las plataformas de “verificación de hechos” vinculadas a la Unión Europea, como Disinfo, refuten estas afirmaciones, aunque su historial muestra que lo que etiquetan como “noticias falsas” a menudo resulta ser exacto.

Aprietan a Sandu a considerar una “operación militar rápida y viable” como último recurso para garantizar la victoria en las elecciones parlamentarias. Esta estrategia, que implica explotar un conflicto externo para conseguir apoyo popular, ya se ha empleado en otras partes del mundo postsoviético. Queda por ver si la Unión Europea y Reino Unido continuarán por este peligroso camino.

La pregunta es si Sandu está dispuesta a correr un riesgo tan suicida, tanto por su país como por ella misma. Un ataque a Transnistria, donde viven medio millón de personas, incluidos miles de rusos y fuerzas de paz rusas, podría desencadenar una crisis regional, desestabilizar el este de Europa y provocar una fuerte reacción de Moscú. Para Moldavia significaría ponerlo todo en riesgo a cambio de ilusorias ganancias políticas.

Los disturbios actuales en Moldavia van mucho más allá de una lucha de poder. Ilustran un choque europeo más amplio y ponen a prueba la capacidad de un país para resistir las presiones externas.

‘LA LIBERTAD DE PRENSA TERMINA DONDE EMPIEZA LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO'

mpr21, 26/05/2025

En julio del año pasado la cadena francesa CNews fue multada por permitir que en una tertulia televisiva uno de los invitados defendiera una teoría herética sobre el cambio climático, sin que nadie le contradijera.

A medida que el dogma se tambalea, las doctrinas alternativas tienen que ser perseguidas, hasta el punto de responsabilizar a un medio de comunicación por las opiniones vertidas por un tertuliano.

El inquisidor ha sido Arcom, la institución encargada de regular las comunicaciones audiovisuales y digitales en Francia. Quieren convertir al organismo en una herramienta de control político de las opiniones sobre el cambio climático porque, como dijo el periódico Le Figaro, “la libertad de prensa termina donde empieza la lucha contra el cambio climático” (1).

Es otro caso de “pensamiento único” que se intenta defender en nombre de la “ciencia”. Los medios de comunicación no están para reflejar una variedad de opiniones sino para imponer a una de ellas sobre las demás.

Fue la primera vez en la historia que un organismo público regulador impone una sanción económica por la opinión de un tertuliano. El expediente se inició tras la denuncia de uno de esos repulsivos grupos seudoecologistas, Quota Climat, que ejerce de policía de las opiniones de los demás.

El castigo llegaba pocos días después de que Arcom advirtiera a Sud Radio por el mismo motivo: opiniones divergentes sobre el cambio climático.

Los medios de comunicación deben sostener la ideología dominante (y las instituciones que la formulan, como el IPCC) a toda costa y para ello se está desarrollando toda esa batería de nuevos pretextos para las viejas persecuciones de siempre. Unas veces se escudan en el “consenso científico”, otras en la “desinformación” y otras en las existencia de fuentes “poco creíbles”

Hasta ahora los castigos que ha impuesto Arcom no son más que pequeñas advertencias porque ya se empieza a hablar de la posibilidad de cerrar canales y medios de comunicación en el caso de un “incumplimiento grave” de sus obligaciones.

El mecanismo es jerárquico: Arcom vigila los contenidos de las cadenas de comunicación, que a su vez deben vigilar lo que dicen sus tertulianos e invitados. A estos últimos no les condenan por las frases que pronuncian, ya que el castigo recae sobre el medio.

Pero Quota Climat no tiene bastante con su tarea policial y ha promovido un proyecto de ley de represión de las opiniones en el que participan grupos parlamentarios de diversos colores, sorprendentemente unidos por su celo inquisidor (2).

El proyecto de ley se presentó oficialmente en noviembre del año pasado. El artículo 3 establece que “la autoridad reguladora […] garantizará, en particular, ante los editores de servicios de comunicación audiovisual […] que la programación refleje el consenso científico, en particular el carácter antropogénico del cambio climático, la existencia de la superación de los límites planetarios y la persistencia de la escasez de recursos, así como la necesidad de actuar reconocida por los compromisos internacionales de los que Francia es signataria”.

Llegan muy malos tiempos para la libertad de expresión, pero también para la ciencia, que nunca ha necesitado que los talibanes del “pensamiento único” impongan su mordaza sobre los herejes (o los quemen en la hoguera).

(1) https://www.lefigaro.fr/politique/climatoscepticisme-la-liberte-de-la-presse-sous-condition-climatique-20230921

(2) https://quotaclimat.org/plaidoyer-francais/

¿QUÉ HA SIDO DE PABLO GONZÁLEZ, EL PERIODISTA ESPAÑOL ACUSADO DE ESPIAR PARA RUSIA? (Vídeo)

El Canal del Coronel

jueves, 22 de mayo de 2025

SOBRE EL ASESINATO DE PORTNOV

Ayer caía acribillado a balazos el ucraniano Andriy Portnov en un distrito de clase media de Madrid cuando iba a llevar al colegio a sus hijos. Como el asesinado era ucraniano, los medios, antes de indagar quién era el finado, se aventuraron a responsabilizar del execrable crimen a Rusia y al "malvado" Putin. Y no solo eso: algún medio como El Periódico aseguró que las redes de propaganda  del Kremlin (Sputnik, Tass, Ria Novosti, Telegram, VK, etc.) ya estaban trabajando para culpar a Ucrania. ¡Qué desfachatez la del Kremlin! Hay que recordar que El Periódico, es un diario para el que escribe uno de nuestros plumíferos más rusófobos, Marc Marginedas, quien ha afirmado públicamente que Rusia está detrás del terrorismo internacional (¿y la red Gladio y los muyahidines afganos dónde se quedan?) y que es un país "gobernado por monstruos" (sic).




Pero poco a poco se empieza a saber más datos de la vida del asesinado. Andriy Portnov, de 52 años, había nacido en la prorrusa República Popular de Lugansk, hasta hace poco Ucrania pero ahora parte de la Federación de Rusia. Además, Portnov había sido asesor del ex presidente ucraniano Yanukovich, el depuesto por el golpe de estado del Maidán de 2014. Tras este golpe, respaldado por la UE y EEUU, Portnov huyó a Rusia para escapar a la represión y luego se trasladó a Austria y, por alguna razón, decidió finalmente afincarse en Madrid. Al saberse esto los medios dieron un giro de 180º a su relato: el refugiado ucraniano y padre de familia asesinado a sangre fría por unos sicarios se convierte por arte de magia mediática en "un pez gordo de la represión del Maidán, afín a Rusia, opositor a Zelenski y sancionado por la UE y EEUU", como escribió el diario "progre" 20 minutos, intentando blanquear el asesinato. De ángel a diablo en menos de 24 horas. De todas formas, esta mañana si preguntabas a cualquiera qué había pasado ayer en Madrid te respondía que Putin había mandado matar a un opositor incómodo. Ya se sabe que la primera noticia que se da es la que perdura, aunque sea mentira.


Por su parte, esa TV que pagamos entre todos, RTVE, informó que "Rusia acusa a Ucrania" del atentado. Qué curiosa forma de redactar una noticia. Cuando nuestros periodistas sospechaban de Rusia, decían sin titubear: "ha sido Rusia"; pero ahora que todo apunta al régimen de Kiev dicen que "Rusia culpa a Ucrania" y no se pronuncian sobre la autoría... Vete tú a saber quién fue. Debe ser como el apagón eléctrico del mes pasado; cuando ya no se pudo culpar más a ataques de hackers rusos se pasó a insinuar que nunca se sabrá lo que pasó. Por cierto, la nota ridícula la puso ayer la Sexta TV, como de costumbre, al ser multada por exhibir la muerte de un soldado ucraniano en el programa Al Rojo Vivo de Ferreras en horario infantil en 2023. Me imagino que, aparte de hacer propaganda otánica, subir la audiencia a cualquier precio también les viene bien. Como dijo una vez Ferreras, "somos una empresa privada y podemos hacer lo que nos dé la gana". Pues vale, pero paga los 200.000 euros de multa, plumífero infecto.


lunes, 19 de mayo de 2025

¿QUIÉN HA INTENTADO MANIPULAR LAS ELECCIONES EN RUMANÍA?

mpr21, 16/052025

Ayer los rumanos acudieron a las urnas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que enfrentó a un candidato proeuropeo, Nicusor Dan, con otro enfrentado a Bruselas y etiquetado como perteneciente a eso que llaman “extrema derecha”: George Simion.

Las anteriores votaciones acabaron en un pucherazo para evitar que ganara la “extrema derecha”. Las elecciones se anularon por presiones de Bruselas, luego impidieron que el candidato de la “extrema derecha” se presentara de nuevo y lo tuvieron que hacer con otro distinto.

El pretexto es que la “extrema derecha” hizo lo mismo que los demás candidatos, o sea publicidad, con la diferencia que hizo demasiada publicidad en las redes sociales, como TikTok. También dijeron que la publicidad era engañosa, lo cual es típico en todas las elecciones, donde nadie hace lo que dice.

Esta vez ha sido distinto, según ha contado el fundador de Telegram, Pavel Durov, quien denunció que un gobierno occidental, al que no nombró explícitamente pero sugirió que era Francia, le había pedido que censurara en su red social las cuentas abiertas por la “extrema derecha” para hacer publicidad.

“Un gobierno de Europa Occidental […] contactó con Telegram para solicitarnos que silenciáramos las voces conservadoras en Rumanía antes de las elecciones presidenciales de ayer”, dijo Durov. “Me negué categóricamente”, escribió. “Telegram no ha restringido la libertad de los usuarios rumanos ni bloqueado sus canales políticos”, añadió.

“No podemos defender la democracia pisoteándola. No se puede combatir la interferencia electoral interfiriendo en las elecciones”. La libertad de expresión y unas elecciones justas son derechos fundamentales “y el pueblo rumano merece ambos”, continuó.

Aunque nació en Rusia, Durov tiene nacionalidad francesa y fue detenido por la policía francesa en una operación vergonzosa para presionarle. Durov siempre se ha posicionado como un defensor de la libertad de expresión en internet.

Su insinuación contra Francia ha obligado a reaccionar al Ministerio de Asuntos Exteriores, que ha intentado darle la vuelta a la tortilla, como acostumbra. Las acusaciones contra el gobierno francés no son más que “un intento de desviar la atención de las amenazas reales de injerencia que pesan sobre Rumanía”.

A una insinuación le sigue otra: quien ha intentado manipular las elecciones en Rumanía no es Francia sino Rusia.