Diario Octubre, 30/06/2023
Tras el bombardeo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que "Rusia ha atacado a tres civiles colombianos indefensos", acusando a Moscú de violar así "los protocolos de la guerra".
Comentando un ataque de los militares rusos contra la ciudad de Kramatorsk, ocupada por las Fuerzas Armadas de Kiev, y las críticas al respecto por parte de Colombia, país del que son tres de los afectados, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, indicó que la presencia de los ciudadanos del país suramericano en el lugar puede ser parte de una provocación.
La vocera reiteró que los militares rusos llevan a cabo ataques solo “contra objetivos que de alguna manera están relacionados con la infraestructura militar”. Citando las declaraciones del Ministerio de Defensa ruso, Zajárova indicó que en ese edificio se desplegaba el puesto de mando de una brigada de infantería motorizada y por eso “el local se convirtió en un objetivo legítimo para las Fuerzas Armadas rusas”.
En ese contexto, la portavoz indicó que los colombianos fueron invitados al lugar por una ciudadana de Ucrania, agregando que tal vez tendría sentido “investigar y entender cuál era la verdadera intención de esta mujer que los invitó allí”. “Puedo asumir, y lo asumo, porque anteriormente ha habido muchos hechos de este tipo, que sus acciones tenían como finalidad una provocación para que ciudadanos de otros países, en particular ciudadanos de Colombia, pudieran estar en la zona afectada, dado que allí había una instalación militar. Nos encontramos con tales escenarios, instigaciones y manipulaciones todos los días”, afirmó.
Bombardeo y acusaciones de Ucrania
Este miércoles, el Ministerio de Defensa ruso señaló que un puesto de despliegue temporal de comandantes de la brigada de infantería motorizada 56 de las Fuerzas Armadas de Ucrania fue atacado en la ciudad de Kramatorsk, controlada por Kiev.
Al día siguiente, comunicó que, según los datos actualizados, como resultado del ataque en Kramatorsk, efectuado el 27 de junio, fueron eliminados dos generales que participaron en una reunión, hasta 50 oficiales de las Fuerzas Armadas de Ucrania, así como unos 20 mercenarios extranjeros.
Mientras tanto, el jefe de la Administración Provincial de Donetsk, Pável Kirilenko, declaró que Kramatorsk fue atacada con dos misiles, uno de los cuales impactó contra una zona residencial y otro contra una pizzería. Según el alcalde de Kramatorsk, Alexánder Goncharenko, 11 personas fallecieron como consecuencia del ataque, mientras que la Policía Nacional de Ucrania informó de más de 60 heridos.
Por su parte, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, reiteró que las Fuerzas Armadas de su país atacan solo instalaciones relacionadas con la infraestructura militar. “La Federación de Rusia no realiza ataques contra la infraestructura civil”, reiteró.
Reacción de Colombia
Tras el bombardeo, Gustavo Petro aseguró a través de su cuenta en Twitter que “Rusia ha atacado a tres civiles colombianos indefensos”, acusando a Moscú de violar así “los protocolos de la guerra”. “Cancillería debe entregar nota diplomática de protesta. Esperamos el regreso sanos y salvos a sus hogares de Sergio, Héctor y Catalina”, escribió el mandatario mencionando los nombres de sus conciudadanos implicados.
Al respecto, la Embajada de Rusia en Colombia declaró este jueves que Kramatorsk “no es un lugar apropiado para degustar platos de la cocina ucraniana”. “Con mucho pesar nos enteramos de los acontecimientos en Kramatorsk. A nuestro juicio, una ciudad cercana al frente, convertida en un ‘hub’ operacional y logístico-militar, no es un lugar apropiado para degustar platos de la cocina ucraniana“, escribió la misión diplomática en su cuenta de Twitter.
“Por supuesto nos alegra que, para los ciudadanos colombianos levemente heridos, ese imprudente viaje no se haya convertido en una tragedia irreparable. Insistimos en que los representantes del amigo pueblo colombiano se abstengan de visitar los territorios y lugares de acciones bélicas”, reiteró la Embajada.
“Dos grandes mentiras” sobre las personas afectadas
A su vez, el periodista chileno-ucraniano Oleg Yasinsky declaró a RT que observó “dos grandes mentiras” en las publicaciones de medios sobre el bombardeo.
Se informa que los ciudadanos colombianos involucrados son la periodista Catalina Gómez Ángel, el escritor Héctor Abad Faciolince y Sergio Jaramillo, alto comisionado para la Paz durante el Gobierno de Juan Manuel Santos y asesor del Ministerio de Defensa durante el Gobierno de Álvaro Uribe. Yasinsky destaca que “ninguno de los tres terminó herido”.
“Ellos se expusieron en un lugar cerca de la línea del fuego, en un restaurante, en una pizzería al lado de un hotel lleno de militares, paramilitares, asesores extranjeros […]. Yo creo que, en cualquier situación de cualquier conflicto del mundo, uno sabe a qué se expone cuando está cenando en lugares de este tipo”.
A continuación, el periodista manifiesta que la segunda mentira, que en su opinión es “incluso más grave”, es asegurar que las personas en cuestión eran independientes. “Si nosotros analizamos un poco a cada uno de los tres personajes, tienen muchos méritos, muchos logros, muchas características, pero ninguno coincide con el criterio de la independencia“, sostiene. En ese contexto, afirma que Sergio Jaramillo trabajó en el Gobierno colombiano “que prácticamente cada día bombardeaba las poblaciones civiles. “Era un Gobierno que explicaba que matar a los niños en estos bombardeos significaba matar a los futuros guerrilleros. Así que, cuando una persona así se queja de la barbarie rusa, a uno llegan las legítimas dudas sobre estas quejas“, asevera.
En cuanto al escritor Héctor Abad Faciolince, Yasinsky dice que “no tiene nada de independiente porque trabaja con los dos grandes medios colombianos que pertenecen a los principales grupos oligárquicos del país y colabora con el diario venezolano El Nacional, conocido diario antichavista”. La periodista Catalina Gómez Ángel, continúa Yasinsky, trabajaba para la televisión francesa y para un diario español, “así que no fue una corresponsal de guerra ‘freelance’ como se presenta, sino también una periodista pagada por la prensa oficial de tendencias políticas muy claras“.