Hace unos días salía en los medios la historia de un jubilado que fue a luchar hace 7 años en el conflicto del Donbass, que como sabemos es el origen de la actual escalada bélica. Hasta ahí nada que objetar. Lo que pasa es que no se nos dice en qué bando se alistó, en el agresor o en el agredido. En la mayoría medios se le presenta con combatientes ucranianos sin emblemas que lo ubique en el bando nazi o en el antifascista. Además el relato es deliberadamente ambiguo; se le llama "voluntario", "combatiente", "guerrillero", etc. y hasta llega uno a creer que era parte de las milicias pro rusas de Donetsk y Lugansk. Sin embargo, el ardor guerrero con que demoniza a Putin en las entrevistas le delata y si se pone uno a buscar encuentra una foto del bueno de Mariano en un búnker que ha construido en el subsuelo de su casa de Valencia mostrando un auténtico arsenal (¿no es ilegal la tenencia de esas armas en España?) además de emblemas neonazis como el de la bandera roja y negra del UPA del colaboracionista nazi ucraniano y genocida Stepan Bandera. Es más, también hay otra foto de este personaje subido a un tanque ucraniano con esa misma insignia neonazi. Todo ello nos hace pensar que este "hombre entrañable" (así se le llama en El Español del 16/02/2022) fue un combatiente fascista que tuvo algún grado de implicación en las matanzas contra los habitantes del Donbass ucraniano. Otro ejemplo de cómo nuestros democráticos medios blanquean el fascismo.
