Sputnik, 01/02/2021
Las grandes farmacéuticas transnacionales pagan enormes sumas de dinero a los funcionarios ucranianos de todos los niveles, desde los diputados y viceministros hasta los directores de hospitales. Todo con el fin de realizar pruebas clínicas de sus fármacos en el país europeo. Pero ¿por qué sus miradas se han fijado en Ucrania?
Estos esquemas funcionan en Ucrania de manera totalmente legal y los funcionarios del sector Salud incluso declaran las rentas obtenidas. Habitualmente, en las declaraciones de ingresos no se concreta específicamente por qué las farmacéuticas le transfieren los fondos y solo se indica que se trata de honorarios. Pero en algunas ocasiones se detalla que el dinero es pagado por llevar a cabo ensayos clínicos de medicamentos.
El portal Strana.ua detalla que esta práctica se viene realizando al menos desde el 2016, cuando la ciudadana estadounidense Ulana Suprun comenzó a ejercer como ministra pro tempore de Sanidad. Involucra a jefes de hospitales, directores de los centros médicos, vicerrectores de las universidades médicas e incluso viceministros y diputados.
Pero los funcionarios prefieren no poner en riesgo su salud y no se someten a estas pruebas de fármacos. Los conejillos de indias en este caso son los pacientes de las instituciones médicas ucranianas.
La pirámide de funcionarios involucrados
Uno de los más altos cargos involucrados es el exministro de Sanidad uranicano Dmitri Lufer. En el 2019 declaró que su esposa había recibido más de 1,8 millones de grivnas (unos 64.800 dólares) de la sucursal de la farmacéutica transnacional AstraZeneca, uno de los fabricantes de la vacuna contra el coronavirus, detalla el portal ucraniano Strana.ua.
El exdiputado de la Rada Suprema (Parlamento unicameral de Ucrania) Román Romaniuk declaró que en el 2019 su esposa había obtenido casi 350.000 grivnas (12.600 dólares) de los gigantes farmacéuticos. En aquel entonces AstraZeneca fue la empresa que pagó más dinero, alrededor de 277.000 grivnas (9.972 dólares).
Este esquema es muy popular sobre todo en el ámbito de la oncología. Por ejemplo, en el 2019 la directora del Instituto Nacional del Cáncer, Elena Kolesnik, obtuvo 1.122.000 grivnas (40.392 dólares) por realizar los estudios clínicos.
Entre sus patrocinadores están las empresas farmacéuticas occidentales de investigación Abbvie (EEUU), Iqvia (Austria), Syneos Health (Reino Unido), Ab Science (Francia), Clinical Financial Services (EEUU), así como las representaciones ucranianas de las corporaciones farmacéuticas transnacionales AstraZeneca y MSD Human Health Holding (departamento de investigación del gigante farmacéutico global Merck).
En este esquema participan también otros sectores de la medicina como la neumología, cardiología y endocrinología.
Así, en el año 2019 el director del Instituto Nacional de Tisiología y Neumología, Yuri Feshchenko, recibió 803.000 grivnas (28.908 dólares) de la empresa suiza PSI CRO. El fabricante de fármacos francés Science SA le pagó al funcionario más de 1.000.000 de grivnas (36.000 dólares). Al final, los honorarios de Feshchenko superaron los 2,3 millones de grivnas (82.800 dólares), cuatro veces más que su salario.
Las guerras de vacunas
Las universidades médicas también participan en este esquema. Por ejemplo, el vicerrector de la Universidad Médica de la ciudad de Ivano-Frankivsk obtuvo en el 2019 casi 4,6 millones de grivnas (165.600 dólares) de las empresas farmacéuticas, 15 veces más que su sueldo declarado.
Los médicos jefes también reciben fondos de las corporaciones farmacéuticas. Así, el director del Hospital Clínico №10 de la ciudad ucraniana de Odesa obtuvo en el 2019 casi 300.000 grivnas (10.800 dólares).
De este modo, en el país se formó una verdadera pirámide, en la cual están involucrados funcionarios médicos de todos los niveles que reciben dinero de las grandes empresas farmacéuticas que superan sus salarios. Pero existen también pagos no oficiales que reciben los funcionarios médicos por acelerar la toma de decisiones en el lanzamiento de los estudios clínicos, afirma Strana.ua. Estos pagos no figuran en las declaraciones de ingresos, pero pueden ser notables, agrega.
¿Por qué Ucrania?
Ucrania es un polígono interesante para las empresas farmacéuticas extranjeras para llevar a cabo experimentos clínicos, ya que en este país la política regulatoria es mucho menos exigente en cuanto a la protección de la salud de los pacientes, las gestiones judiciales, etc.
Además, desde el cambio de poder en el 2014, Ucrania tiene uno de los salarios promedios más bajos de Europa. Esto convierte al país en un lugar atractivo para los ensayos de las grandes farmacéuticas ya que pueden pagar menos dinero para realizarlos que, por ejemplo, en Europa o EEUU, explica la académica correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Médicas y exrectora de la Universidad Nacional Bogomolets, Ekaterina Amosova, citada por el medio ucraniano.
"En el pago de fondos a nuestros centros clínicos y médicos por parte de las empresas farmacéuticas no hay ningún delito. Todo se efectúa de manera oficial, por lo menos, en la mayoría de los casos", comentó la científica.
Se firmaron varios contratos con los hospitales, jefes de las investigaciones clínicas, así como a veces con cada médico, detalló.