Alfred López
Yahoo noticias, 07/06/2013
[La posibilidad de una guerra nuclear siempre está ahí, no es conspiranoia.]
Desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial y a lo largo de todo el periodo en el que duró la llamada Guerra Fría, que tuvo enfrentado al bloque norteamericano y a los soviéticos, infinidad han sido los momentos en los que la alarma ante un posible conflicto militar y/o nuclear se ha puesto en marcha.
El agente doble Oleg Gordievsky junto a Ronald Reagan
Varios son los ejemplos que en en este blog les hemos explicado y en los que el fantasma del estallido de una Tercera Guerra Mundial ha estado presente a lo largo de las cinco décadas en las que ambos bloques estuvieron enfrentados, existiendo numerosos casos en los que un pequeño incidente, despiste o fallo técnico estuvieron a punto de hacer volar por los aires a todo el planeta.
Hace unos meses publicábamos el caso ocurrido la noche del 26 de septiembre de 1983, en la que el Teniente Coronel Stanislav Petrov salvó al mundo del estallido de una guerra nuclear, provocado por un cúmulo de casualidades en la alineación de la Tierra, el Sol y los satélites que transmitían la información para los radares antimisiles, todo ello debido a la entrada del equinoccio de otoño.
Stanislav Petrov, el hombre
que salvó al mundo
La historia que les traigo en esta ocasión sucedió muy poco tiempo después al incidente relatado, teniendo lugar durante un ejercicio militar llevado a cabo por la OTAN el 2 de noviembre de ese mismo año, al norte de la ciudad de Mons (Bélgica).
La organización militar del bloque occidental, encabezada por los Estados Unidos, pretendía realizar unas pruebas que llevasen al límite la capacidad de reacción de sus fuerzas, como si de un ataque real se tratase, poniendo en marcha el dispositivo de máxima alerta, conocido como DEFCON 1.
Se dispuso todo un contingente de hombres y equipos militares como si hubiese un verdadero peligro de ataque nuclear, bautizando a dichos ejercicios bajo el nombre de “Able Archer 83”.
El protocolo, aunque fuese simulado, obligaba a utilizar nuevos códigos de comunicación cifrada, algo que, a los miembros de inteligencia soviética del KGB (que controlaban las comunicaciones del bloque occidental) llamó la atención.
El movimiento de tropas y la llegada de efectivos militares de los países pertenecientes a la OTAN hicieron sonar las alarmas y puso en alerta a los miembros del Pacto de Varsovia (compuesto por los países del Bloque del Este liderados por la Unión Soviética) que interpretaron el movimiento de tropas y la simulación de unas maniobras como una estratagema con la que realizar un ataque real sobre ellos.
Así que la URSS activó el estado de alerta y se preparó para repeler el ataque, del que estaban convencidos iban a ser objetivo.
Lo que hoy en día parece un delirante episodio de malentendidos y desconfianzas causó una verdadera congoja a los altos mandos militares de un lado y otro del Telón de Acero.
Afortunadamente el asunto no fue más allá y la Unión Soviética supo tener calma en todo este asunto y no comenzó un contraataque, quedando la cosa como una anécdota más de ese difícil periodo de relaciones diplomáticas en las que un simple despiste o una frase dicha fuera de contexto podrían haber causado el inicio de una devastadora guerra nuclear.
Documento desclasificado sobre
el incidente Able Archer
Toda la información oficial (por parte de ambos bloques) respecto a lo sucedido durante el ejercicio militar Able Archer 83 se ha mantenido en secreto a lo largo de tres décadas, y tan solo se ha sabido aquello que el agente doble soviético Oleg Gordievsky filtró sobre lo sucedido y cómo estuvimos a un paso de tener una Tercera Guerra Mundial.
Recientemente han comenzado a desclasificarse algunos informes referentes a este incidente, coincidiendo plenamente con la versión dada en su día por Gordievsky y en los que se ha podido comprobar cómo el período entre 1982 y 1984 marcó la más peligrosa confrontación soviético-estadounidense desde la crisis de los misiles en Cuba de 1962.