El cáncer amenaza a los niños de Fukushima si los médicos no emprenden esfuerzos más decididos para su tratamiento
Más de un tercio de los niños de la región japonesa de Fukushima podrían ser proclive a desarrollar un cáncer, si los médicos no emprenden más esfuerzos en el tratamiento de sus glándulas tiroides, que presentan un tamaño mayor de lo normal, y no recurren a la ayuda sanitaria internacional, según un nuevo informe.
El estudio muestra que casi el 36% de los niños de la zona presenta la glándula tiroides más grande de lo normal. Se trata de un porcentaje extremadamente elevado de anomalías, algunas de los cuales, según los expertos, conllevan el riesgo de convertirse en cánceres.
"Sí, el 35,8 % de los niños tienen nódulos o quistes, pero esto no es lo mismo que el cáncer", dice Naomi Takagi, profesora asociada de Hospital de la Universidad de Medicina de Fukushima que administra las pruebas.
"Esta es la primera prueba, y sólo veremos los efectos de la exposición a la radiación después de cuatro o cinco años", agregó.
Sin embargo, algunos médicos se muestran indignados por el hecho de que los resultados no hayan sido suficientemente difundidos.
"Los datos deben estar disponibles. Y deben consultar con expertos internacionales lo antes posible. Las lesiones deben ser sometidos a una biopsia, que no se realiza. Y si no son sometidos a la biopsia, eso es al final una irresponsabilidad médica, porque si algunos de estos niños tienen cáncer y quedan sin tratamiento, van a morir", destaca la pediatra Helen Caldecott, citada por Business Insider.
La Organización Mundial de la Salud advierte que los jóvenes son particularmente propensos a la intoxicación por radiación en la glándula tiroides. Los niños se enfrentan a las peores consecuencias, ya que sus células se dividen a un ritmo acelerado. También se cree que algunos niños fueron expuestos a una dosis de radiación equivalente “a toda una vida” para sus glándulas tiroides, según un informe elaborado por el Instituto Japonés de Ciencias Radiológicas.
En general, no todas las consecuencias a largo plazo de la radiación liberada en el accidente nuclear de la central de Fukushima, en marzo de 2011, han sido calculadas todavía. La última investigación sugiere que en el transcurso de cinco años el agua del océano altamente contaminada de la zona podría llegar a la costa oeste de EE.UU.