martes, 29 de marzo de 2011

MARCHANDO UNA DE FALSAS FOSAS COMUNES...


Faltaba, para justificar esta guerra colonial, el recurso a hablar de fosas comunes en las que el dictador a bombardear entierra a las víctimas de su loca orgía de sangre. Todo un clásico de la manipulación mediática militarista. Ya lo hicieron nuestros profesionales de la mentira en Yugoslavia donde las fosas en que enterraban a sus enemigos musulmanes los paramilitares serbios miraban a la Meca como mandan los cánones funerarios del Islam; toda una delicadeza por parte de los serbios, tratándose de “criminales de guerra”. Esta vez una ONG (¡cómo no!) llamada One Day On Earth filmó las obras en un cementerio ordinario de Trípoli y dijo que eran “familiares de los manifestantes asesinados por el régimen de Gadafi” enterrando a sus seres queridos. El bulo fue rápidamente difundido por la cadena qatarí Al Yazira, portavoz mundial del integrismo islámico, bulo del que, por supuesto, se hicieron eco acríticamente los medios occidentales, especialmente los de los países atacantes. Pero, al poco tiempo (y esto también es típico) llega el desmentido. El periodista italiano Maurizio Matteuzzi del diario Il Manifiesto, que visitó el lugar junto con otros informadores invitado por el gobierno libio, afirmó que se trataba de un “cementerio islámico normal donde los trabajos están en curso”. Otro reportero de la agencia italiana ANSA confirmó que efectivamente aquello era el cementerio de Ashaat, que tiene unos 50 años de antigüedad y está al borde del mar en Trípoli. El desmentido, por cierto, fue publicado por El País (uno de nuestros periódicos más belicistas) cuando ya la guerra había empezado y el daño estaba hecho. En fin, nada que no hayamos visto en otras guerras “humanitarias”.




Al final, el famoso vídeo no prueba nada de nada.