jueves, 31 de marzo de 2022

LA GRAN MENTIRA DEL HOLODOMOR

Universidad Obrera, 20/05/2020


(Nota del autor: En este artículo me apoyo fuertemente en las pruebas citadas en la investigación de Mark Tauger, de la West Virginia University. Tauger ha dedicado su vida profesional a investigar la agricultura y hambrunas soviéticas y rusas. Es una autoridad mundial en estas materias, y ha sido desaprobado educadamente por los nacionalistas ucranianos y los anticomunistas en general ya que sus investigaciones evidencian sus mentiras.)

La película nacionalista ucraniana «Cosecha Amarga» difunde mentiras inventadas por los nacionalistas ucranianos. En su análisis Louis Proyect difunde estas mentiras.

Proyect cita el artículo de Jeff Coplon «En búsqueda de un holocausto soviético: una hambruna de 55 años alimenta a la Derecha». En él, Coplon muestra que los líderes anticomunistas occidentales de moda han rechazado cualquier concepto de una hambruna deliberada contra los ucranianos. Siguen negándolo. Proyect omite este hecho.

Hubo una hambruna muy grave en la URSS, incluyendo (pero no limitada) a la RSS de Ucrania, en 1932-33. Pero nunca ha habido ninguna prueba de un «Holodomor» o «hambruna deliberada», y sigue sin haberla hoy en día.

La ficción del Holodomor fue inventada por los colaboracionistas nazis ucranianos que  encontraron asilo en Europea occidental, Canada y EEUU después de la guerra. Una descripción temprana es la de Yurij Chumatskij, ¿Por qué un Holocausto vale más que otros? publicado en Australia en 1986 por «veteranos del Ejército Insurgente Ucraniano», este trabajo es un ataque ampliado a los «judíos» por ser demasiado pro-comunistas.

El análisis de Proyect perpetúa las siguientes mentiras acerca de la colectivización soviética de la agricultura y la hambruna de 1932-33:

-*Que en su mayoría los campesinos se resistieron a la colectivización porque era una «segunda servidumbre».

-*Que la hambruna fue causada por la colectivización forzosa, cuando en realidad la hambruna tuvo causas ambientales.

-*Que «Stalin» -la dirección soviética- produjo deliberadamente la hambruna.

-*Que la hambruna tenía como objetivo destruir el nacionalismo ucraniano.

-*Que «Stalin» -el gobierno soviético- «detuvo la política de ucranización», la promoción de una política para incentivar la cultura y el idioma ucraniano.

Ninguna de estas afirmaciones son ciertas. Ninguna está respaldada por pruebas. Símplemente son afirmaciones de las fuentes nacionalistas ucranianas con el propósito de justificar ideológicamente su alianza con los nazis y la participación en el Holocausto judío, el genocidio de la minoría étnica polaca en Ucrania (las masacres de Volinia de 1943-1944) y el asesinato de judíos, comunistas y muchos campesinos ucranianos tras la guerra.

Su auténtico propósito es equiparar el comunismo con el nazismo (el comunismo es ilegal en la actual ‘Ucrania democrática’; La URSS con la Alemania nazi, Stalin con Hitler.

Colectivización de la Agricultura – La Realidad

Rusia y Ucrania han sufrido hambrunas graves cada pocos años desde hace más de un milenio. Una hambruna acompañó la revolución de 1917, alcanzando proporciones aun mayores entre 1918 y 1920. Otra grave hambruna, mal llamada la «Hambruna del Volga», golpeó desde 1920 hasta 1921. Hubo hambrunas en 1924 y de nuevo en 1928-1929, esta última especialmente dura en la RSS de Ucrania. Todas estas hambrunas tuvieron causas ambientales. El método medieval de parcelas agrarias y agricultura campesina hizo que la producción agraria eficaz fuese imposible y las hambrunas inevitables.

Los líderes soviéticos, con Stalin entre ellos, decidieron que la única solución era reorganizar la agricultura sobre la base de las granjas industriales a gran escala a imitación de algunas en el medio-oeste americano, las cuales fueron deliberadamente adoptadas como modelo. Cuando los sovjoses o «granjas soviéticas» parecieron funcionar bien, la dirección soviética tomó la decisión de colectivizar la agricultura.

Contrariamente a la propaganda anticomunista, la mayoría de campesinos aceptó la colectivización. La resistencia fue modesta: actos de rebelión rotundos fueron raros. Para 1932 la agricultura soviética, incluyendo la RSS de Ucrania, estaba mayoritariamente colectivizada.

En 1932 la agricultura soviética fue golpeada por una combinación de catástrofes ambientales: sequías en algunas zonas; demasiada lluvia en otras; plagas de moho y tizón (enfermedades fúngicas); plagas de insectos y roedores. El deshierbe se descuidó a medida que el campesinado se debilitó, reduciendo aun más la producción.

La reacción del Gobierno soviético cambió a medida que el alcance del fracaso de la cosecha de otoño e invierno de 1942 se hacía más evidente.

Creyendo al principio que la mala gestión y el sabotaje fueron las causas principales de una pobre cosecha, el Gobierno apartó muchos miembros del partido y líderes de las granjas colectivas (no hay ninguna evidencia de que fueran «ejecutados» como Mykola en la película). A principios de febrero de 1933 el Gobierno soviético empezó a proveer de cantidades masivas de ayuda en forma de grano a las áreas que sufrían la hambruna.

El Gobierno soviético organizó además redadas en granjas campesinas para confiscar el exceso de grano con el objetivo de alimentar las ciudades, las cuales no producían su propia comida. Además, para frenar la especulación; en una hambruna el grano podría ser revendido por precios inflados. Bajo condiciones de hambruna, no se podría permitir un mercado libre de grano a menos que se dejase morir de hambre a los pobres, como se venía haciendo bajo el Zarismo.

El Gobierno soviético organizó departamentos políticos (politotdely) para ayudar a los campesinos en el trabajo agrario. Tauger concluye: «El hecho de que la cosecha de 1933 fue mucho más cuantiosa que las de 1931-1932 significa que el politotdely a lo largo del país ayudó a las granjas a trabajar mejor.»

La buena cosecha de 1933 fue sacada adelante por una población considerablemente más reducida, ya que muchos murieron durante la hambruna, otros estaban enfermos o debilitados, y otros habían huído a otras regiones o a las ciudades.

Esto refleja el hecho de que la hambruna fue causada no por la colectivización, la interferencia gubernamental, o la resistencia campesina sino por causas ambientales que no seguían presentes en 1933.

La colectivización de la agricultura fue una auténtica reforma, un progreso en la revolución de la agricultura soviética. Todavía habría años de pobres cosechas -el clima de la URSS no cambió- pero gracias a la colectivización, solo habría una hambruna devastadora más en la URSS, la de 1946-1947. El analista más reciente de esta hambruna, Stephen Wheatcroft, concluye que esta hambruna fue causada por condiciones ambientales y los efectos de la guerra.

Las falsas afirmaciones de Proyect

De forma acrítica Proyect repite la autocomplaciente versión histórica de los fascistas ucranianos sin reserva alguna.

-*No hubo una «maquinaria stalinista asesina»

-*Los oficiales comprometidos del Partido no fueron «purgados y ejecutados»

-*»Millones de ucranianos» no fueron «forzados a trabajar en granjas estatales y colectivas». Tauger concluye que la mayoría de los campesinos aceptó las granjas colectivas y trabajaron bien en ellas.

-*Proyect acepta la afirmación nacionalista ucraniana de «entre 3 y 5 millones de muertes prematuras». Esto es falso.

Algunos nacionalistas ucranianos citan cifras de entre 7 y 10 millones, con el objetivo de igualar o superar los seis millones del Holocausto judío. El término «Holodomor» en sí mismo (‘holod‘=hambre, ‘mor‘ del polaco ‘mord‘=muerte, en ucraniano ‘morduvati‘=asesinar) fue acuñada para sonar de forma similar a «Holocausto».

El último estudio académico de la hambruna cifra las muertes en 2,6 millones (Jackes Vallin, France Meslé, Serguei Adamets y Serhii Pirozhkov, «Una nueva estimación de las pérdidas de la población ucraniana en los años 30 y 40», Population Studies 56, 3 (2002): 249–64).

*Jeff Coplon no es un «sindicalista canadiense» sino un escritor y periodista asentado en Nueva York, el último libro de Douglas Tottle Fraude, Hambruna y Fascismo, una respuesta razonable al fraudulento Cosecha del Dolor de Robert Conquest, fue escrito (así como el libro de Conquest) antes del aluvión de fuentes primarias de los antiguos archivos soviéticos desclasificados desde el final de la URSS en 1991 y están muy desactualizados.

*La afirmación de Walter Duranty acerca de «tortillas» y «huevos» no fue pronunciada «en defensa de Stalin» tal y como Proyect señala sino como crítica a las políticas del Gobierno soviético.

Pero -para decirlo brutalmente- no puedes hacer una tortilla sin romper unos huevos, y los líderes bolcheviques son tan indiferentes a los damnificados que pueden estar inmersos en su camino hacia la socialización como cualquier general durante la Guerra Mundial que ordenó un costoso ataque para mostrar a sus superiores que él y su división tenían el apropiado espíritu militar. De hecho, los bolcheviques son más indiferentes porque estaban impulsados por una fanática convicción. (The New York Times, 31 de marzo de 1933)

Evidentemente Proyect copia sin más este bulo de alguna fuente nacionalista ucraniana. Si metes basura, sacas basura**.

*Andrea Graziosi, a quien Proyect cita, no es una académica de la agricultura soviética ni de la hambruna de 1932-1933 sino una ideóloga anticomunista que asiente ante cada falsedad antisoviética. El artículo que Proyect cita es de «Harvard Ukrainian Studies’, un periódico carente de investigación objetiva, financiado y editado por nacionalistas ucrainanos.

*Proyect se refiere a «dos decretos secretos» del Politburó Soviético en diciembre de 1932 que él claramente no ha leído. Estos pararon la «ucranización» fuera de la RSS de Ucrania. Dentro de la RSS de Ucrania la «ucranización» continuó sin freno. No «llegó a su fin» como Proyect asegura.

*Proyect no cita pruebas de una «política soviética de destrucción física de la nación ucraniana, especialmente de su intelectualidad» porque no hubo tal política.

Un triunfo del Socialismo

La colectivización soviética de la agricultura es uno de los mayores progresos de reforma social del s. XX, si es que no es el más grande de todos, compitiendo con la «Revolución Verde», el «arroz milagroso» y las empresas de gestión del agua en China y EEUU. Si se otorgasen Premios Nobel a logros comunistas, la colectivización soviética sería un candidato de primera categoría.

La verdad histórica acerca de la Unión Soviética es desagradable no solo para los colaboracionistas del nazismo sino para los anticomunistas de todos los colores. Muchos de los que se consideran a sí mismos de Izquierdas, como los socialdemócratas o los trotskistas, repiten las mentiras de los fascistas declarados y de los escritores abiertamente pro-capitalistas. Los académicos objetivos de la Historia soviética como Tauger, consagrados a contar la verdad incluso cuando la verdad es impopular, son demasiado poco comunes y habitualmente ahogados bajo el coro de falsificadores anticomunistas.

Grover Furr


Fuentes:

Investigaciones de Mark Tauger, especialmente «Modernización de la Agricultura Soviética» (2006); «Stalin, agricultura soviética y colectivización» (2006); y «Campesinos soviéticos y colectivización, 1930-1939: Resistencia y adaptación.» (2005), todos disponibles en Internet. Más artículos de Tauger están disponibles en esta página.

Consulten también el Capítulo 1 de mi libro Mentiras Sangrientas; La prueba de que cada acusación contra Iosif Stalin y la Unión Soviética en ‘Bloodlands’ de Timthy Snyder es falsa. (Nueva York: Red Star Press, 2013), disponible aquí.

Acerca de la hambruna de 1946-47, la obra de Stephen G. Wheatcroft, «La hambruna de 1946-47, la acción climática y humana en perspectiva histórica». Europe-Asia Studies, 64:6, 987-1005.

**Nota del traductor: La expresión original utilizada por Grover Furr es «Garbage in, Garbage out», una expresión anglosajona para señalar que las técnicas y actuaciones pobres dan lugar a pobres resultados. Para consultar el artículo original en inglés pincha aquí.

EL PAÍS NOS LAVA EL CEREBRO PARA QUE ACEPTEMOS QUE SEREMOS POBRES

Después del veganismo y de los bistec de goma del oligarca yankee Bill Gates, después de la dieta a base de grillos y de gusanos, llega el último grito en dietética posmoderna: comer de la basura. Es el último invento de los "hispters", así que tiene que ser algo muy muy cool.

Está claro que El País, como vocero del globalismo otánico, nos quiere preparar para la hambruna que el decadente modelo capitalista norteamericano nos tiene preparada. Solo nos queda recordar que en este blog (aquí, por ejemplo) ya advertimos que el veganismo y el decrecentismo eran solo los primeros pasos para convencer a las masa de que pasar hambre es lo natural.



miércoles, 30 de marzo de 2022

QUIÉN LOS HA VISTO Y QUIÉN LOS VE...

PABLO IGLESIAS...

 ANTES:





AHORA:






ALBERTO GARZÓN...

ANTES:


AHORA:



Y LOS CONSIGUIENTES ZASCAS:










HOSPITALES, ESCUELAS Y TEATROS: LAS OBSESIONES CRIMINALES DE LA OTAN Y SUS MERCENARIOS

Miembros del batallón ucronazi Azov en una escuela

En esta fase del largo conflicto ucraniano (la guerra empezó en realidad en 2014), la que comenzó el pasado 24 de febrero con la entrada de tropas rusas en Ucrania, estamos viendo cómo las fuerzas ucranianas y los mass media occidentales están obsesionados con mostrarnos la destrucción que, según el bando pro-OTAN, los rusos están causando en hospitales, escuelas y teatros. Por su parte el bando ruso dice que tales infraestructuras civiles cuando son atacadas por su ejército están evacuadas y ocupadas por piezas de artillería del enemigo. En ocasiones, como en el caso del teatro de Mariupol, el ejército ruso ha sostenido que en algunos de estos edificios había rehenes (escudos humanos) de los batallones ucronazis y que han sido éstos los que los han destruido para culpar a los rusos. ¿Quién tiene razón? Veamos algunos ejemplos del pasado para contestar a esa pregunta.

Crisis de los rehenes del hospital Budionnovsk (1995)

El 14 de junio de 1995 durante la Primera Guerra Chechena un grupo de unos 150 guerrilleros chechenos asaltaron un hospital en la localidad rusa de Budionnovsk, en la frontera con la república de Chechenia. En Rusia gobernaba Boris Yeltsin y los guerrilleros, que en realidad eran mercenarios integristas financiados por EEUU (como nuestra antirrusa prensa acabó reconociendo), estaban dirigidos por Shamil Basayev. Basayev y los suyos pedían la retirada de las tropas rusas de Chechenia, de lo contrario irían matando uno a uno a enfermos y trabajadores sanitarios. Tras unas negociaciones que no llegaron a nada, durante las cuales los secuestradores no dejaban de matar rehenes, las fuerzas rusas terminaron por asaltar el hospital.  Hubo más de 120 muertos. A partir de ahí Yeltsin empezó a alejarse de sus antiguos socios occidentales con los que se había aliado para saquear la ex Unión Soviética. También fue a partir de ahí cuando la prensa occidental, que antes había alabado a Yeltsin como "campeón de los derechos humanos" y un "luchador por la libertad", empezó a denigrarlo y a llamarlo “borracho” y “cleptócrata”. La izquierda occidental por aquel entonces aplaudía a la guerrilla chechena porque gracias a las ínfulas de rebeldes que les había concedido la TV creían que era una guerrilla antiimperialista al estilo de la del Che Guevara.

Titular de la noticia en El País del 16 de junio de 1995


Crisis de los rehenes del teatro Drubrovka de Moscú (2002)

Ya con Putin en el poder en Rusia, el 23 de octubre de 2002 un comando de combatientes chechenos tomó como rehenes al público asistente a una representación en el teatro Dubrovka de Moscú. Se pretendía así tomar represalias contra Rusia por la Segunda Guerra de Chechenia, en la que un ejército ruso ya profesional y mejor equipado aplastó a los integristas. El episodio tuvo el mismo guión que el anteriormente descrito, incluido el asalto final a mano de las fuerzas de seguridad rusas. El balance fue de al menos 170 muertos, entre ellos todos los terroristas chechenos. En occidente los medios culparon a Putin de los muertos y se mostraron más afligidos por los terroristas "ejecutados por Putin" que por el público inocente que tuvo la mala suerte de asistir esa noche al teatro. La izquierda (por llamarla de alguna manera), en general, se unió a las críticas. Parecía como si el mismo Putin, y no el comando checheno, hubiera asesinado a su propia población civil.


Para nuestros medios los terroristas equipados con chalecos explosivos, como se puede ver en le foto, fueron las verdaderas "victimas".


Masacre de la escuela de Beslán (2004)

Aquí constatamos la fijación de los terroristas armados por occidente y la OTAN por las escuelas y los niños. El 1 de septiembre de 2004 otro comando checheno tomó como rehenes a 1181 personas, la mayoría niños, en una escuela de Beslán (Osetia del Norte, limítrofe con Chechenia.) El guión fue el mismo aunque con ingredientes de película de terror porque había niños por medio y a los rehenes no se les permitía ni comer ni beber agua. Tras el asalto a manos de las fuerzas especiales rusas se pudieron contar 334 muertos. El secuestro fue una acción desesperada por parte de los integristas chechenos tras las derrotas en el campo de batalla contra un ejército ruso renovado y por su frustrado intento de invadir la vecina Daguestán, cuya población civil los repelió incluso antes de que llegara el ejército ruso. Los medios nuevamente culparon a Putin y, de hecho, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Putin por "no haber hecho lo suficiente para impedir la matanza". Ninguna condena al integrismo financiado por la EEUU, UE y la OTAN. La pseudoizquierda, por su parte, siguió avalando la versión mediática de los hechos.


Soldados rusos socorren a los niños secuestrados por los terroristas en Beslán

Por eso la afirmación rusa de que la destrucción de hospitales, teatros y escuelas en Ucrania es responsabilidad de los neonazis utilizados por la OTAN como ya usó a los chechenos, para algunos, entre los que me encuentro, no es descabellada. ¿Por qué no lo iban a hacer ahora los mercenarios de la OTAN si llevan décadas haciéndolo en Rusia, y no sólo allí, también la ex Yugoslavia, en Siria, etc.? Además, ¿qué sacaría Rusia de provecho con este tipo de acciones? Nada. Sin embargo ¿qué saca el bando otánico? Todo lo imaginable. Más apoyo de la OTAN, armas, dinero, blanqueamiento de su imagen en los medios… Hay que tener en cuenta que los mafiosos albanokosovares, los neonazis ucranianos y los rebanacuellos sirios y chechenos no son militares sino terroristas que usan el dolor de la población civil como arma para compensar sus fracasos en el campo de batalla. Y el resto, esa falsa imagen de “luchadores por la libertad” lo pone la TV.

martes, 29 de marzo de 2022

RUSIA GANARÁ LA GUERRA, CHINA LA APOYARÁ

Augusto Zamora

Blogs Publico, 27/03/2022



Tenemos malas noticias para los amantes de la política cloacal, esa especializada en dar carroña por liebre y, desde la desvergüenza más absoluta, manipularlo todo sin más objetivo ni propósito que presentar como periodismo lo que es únicamente propaganda tóxica, y de la más excreta. Bastaría escuchar los disparates que, diariamente, suelta el títere que preside Ucrania para darse cuenta de cómo le van las cosas. Sólo hace falta que invoque a Darth Vader ante el derrumbe general de su ejército y la inmoral estrategia de escudarse en civiles –prohibido en las Convenciones de Ginebra- para hacer más agónica una derrota anunciada, dada la escasa resistencia presentada a Rusia.

Vamos por partes, pues el revoltijo infecto que se ha hecho del conflicto ha dejado sin neuronas al personal, ya no digamos a los líderes del gallinero. Resulta obvio, para quien quiera verlo, que la estrategia rusa no pasa por ocupar Kiev ni por destruirlo todo a su paso, como gusta hacer el ‘amigo americano’. Járkov y Mariupol son excepciones. Uno, porque están dentro del territorio del Donbás y deben pasar a control de las repúblicas secesionistas; dos, porque el ejército ucraniano y los neonazis del Batallón Azov se han atrincherado en ambas ciudades, con los civiles como escudo. El periodismo de alcantarilla presenta esas ciudades como ejemplo de una casi inexistente resistencia ucraniana, cuando la realidad es que centenares de poblaciones han sido ocupadas por las tropas rusas sin mayores problemas, como se puede deducir dando un vistazo a los mapas que presenta el sindicato del alcantarillado periodístico.

Un hecho que no cuentan es que, en la primera semana de guerra, el ejército ruso, empleando aviación y misiles, destruyó prácticamente toda la infraestructura militar del ejército ucraniano, desde aeródromos y depósitos de combustible a la red de comunicaciones. En esa primera semana de guerra la guerra estaba ganada. Para evitar que crean que esto es invento nuestro, por ser ‘prorrusos’, les pasamos el análisis hecho por Larry C. Johnson, un ex oficial de la CIA que trabajó veinticuatro años entrenando a comandos de operaciones especiales del ejército de EEUU. Es decir, alguien que algo sabe de lo que comenta. Dice Johnson eso, que Rusia ganó la guerra y cita el caso de la columna de blindados que se encuentra, desde hace tres semanas, en los alrededores de Kiev, de donde prácticamente no se ha movido. Johnson comenta sobre esta columna:

"Cuando se posicionó durante más de una semana al norte de Kiev, una zona de 24 millas (o 40 millas, dependiendo de la fuente de noticias), quedó claro que la capacidad de Ucrania para lanzar operaciones militares significativas había sido eliminada. Si su artillería estaba intacta, esta columna era presa fácil para la destrucción masiva. Esto no ocurrió. Además, si los ucranianos tuvieran una capacidad viable de ala fija o rotatoria, deberían haber destruido esta columna desde el aire. Esto no ocurrió. O, si tuvieran una capacidad viable de misiles de crucero, deberían haber hecho llover el infierno sobre la columna rusa supuestamente bloqueada. Eso no ocurrió. Los ucranianos ni siquiera montaron una emboscada significativa de infantería contra la columna con sus Javelin americanas recién suministradas."

No hace falta ningún comentario. Rusia va a su ritmo y, como afirma el gobierno ruso, los planes van saliendo como estaba previsto. Por demás, a pesar del enorme escándalo y alharaca que se ha hecho con los suministros de armas por parte de los países de la OTAN, o estos no han llegado, o no han servido para nada, pues, al día de hoy, no se ve ninguna ofensiva ucraniana contra las fuerzas rusas. Al parecer, los bombardeos rusos con misiles hipersónicos y balísticos destruyeron los almacenes donde estaba gran parte de esas armas, en bases próximas a las fronteras con Polonia y Rumania. En esos bombardeos habrían perecido decenas de instructores de EEUU y la OTAN, lo que ha provocado un shock en las fuerzas atlantistas. Explicación plausible es que Rusia tendrá casi toda Ucrania llena de informantes, además de disponer de una densa red de satélites espías, lo que le permite seguir los movimientos de armas y tropas. Así que, entre unos y otros, tendrá localizado todo, esperando que la cantidad merezca otra ronda de misiles.

Hablaremos, ahora, de China, pero no con nuestras palabras, sino con documentos oficiales de EEUU y la UE. El más reciente, de febrero de 2022, titulado INDO-PACIFIC STRATEGY  of the United States, emitido por la Casa Blanca, se inicia con estos párrafos:

"Estados Unidos es una potencia del Indo-Pacífico. La región, que se extiende desde nuestra costa del Pacífico hasta el Océano Índico, alberga a más de la mitad de la población mundial, casi dos tercios de la economía mundial y siete de los mayores ejércitos del mundo. Hay más miembros del ejército estadounidense en la región que en cualquier otra fuera de Estados Unidos."

En otro documento, que establece la estrategia naval de EEUU, titulado Advantage at Sea, de 2021, se indica que el propósito clave de la Marina estadounidense es este:

"El control de los mares permite al Servicio Naval proyectar poder en apoyo de los esfuerzos de la Fuerza Conjunta y proteger a las fuerzas conjuntas y aliadas que se dirigen a los teatros de conflicto. Cuando los adversarios deben cruzar aguas abiertas, la negación del mar les roba la iniciativa, impide un hecho consumado y les impide alcanzar sus objetivos. Controlamos o negamos los mares destruyendo la flota del adversario, conteniéndola en zonas que impiden operaciones significativas, prohibiéndole salir de puerto o controlando las líneas de comunicación marítimas. En colaboración con los aliados y socios, seremos capaces de controlar los puntos de estrangulamiento críticos, lo que nos permitirá salvaguardar las fuerzas conjuntas que fluyen hacia el teatro de operaciones e imponer costes militares y económicos a nuestros adversarios."

El gallinero europeo tiene su papel, de actor secundario, pero papel. Se lee, en la llamada Estrategia de la UE para la Cooperación con el Indo-Pacífico, estas flores del campo:

"La UE promoverá una arquitectura de seguridad regional abierta y basada en normas, incluidas líneas marítimas seguras de comunicación, desarrollo de capacidades y una mayor presencia naval de los Estados miembros de la UE en el Indo-Pacífico. Además, la UE buscará realizar más ejercicios conjuntos y escalas en puertos con socios del Indo-Pacífico, incluidos ejercicios multilaterales, para luchar contra la piratería y proteger la libertad de navegación en la región."

Para cerrar este punto, damos papel estelar al comandante de la Flota del Pacífico de EEUU, almirante John C. Aquilino, quien declaró, refiriéndose a China:

"En los últimos 20 años hemos sido testigos de la mayor concentración militar desde la Segunda Guerra Mundial por parte de la República Popular China…Han avanzado todas sus capacidades y esa acumulación de armas está desestabilizando a la región […] Si la disuasión falla, mi segunda misión es estar preparado para luchar y ganar".

Queda por aclarar que el concepto "Región Indo-Pacífica" fue acuñado por EEUU en 2017 para reunir, en torno a este concepto -que es geopolítico, no geográfico-, toda su política de confrontación con China, incluyendo la guerra. La UE se ha comprometido oficialmente con EEUU a apoyarlos activamente en el conflicto con China. Si ese conflicto estalla –que estallará-, lo de Ucrania parecerá juego de parvulario. Así que, párvulos lectores, China no apoyará a la OTAN contra Rusia. Está ocurriendo lo contrario. El enfrentamiento de la OTAN con Rusia está fortaleciendo aún más la alianza ruso-china. Una alianza de hierro, pues China cubre las espaldas de Rusia frente a Occidente, y Rusia las de China frente a EEUU. La estrategia de EEUU contra China contempla un bloqueo naval, para impedir China importe gas y petróleo por mar. En esa tesitura, sólo Rusia podría proveer a China del gas y el petróleo que necesite. Mediten.

Este es otro mundo, en el que Occidente está en abrumadora minoría, aunque los medios del estercolero informativo digan otra cosa. Sólo los países del gallinero y sus congéneres asiáticos apoyan las políticas contra Rusia. El resto no. Cuando bajen del bejuco lo entenderán y, cuando entiendan las nuevas reglas (que no son las de EEUU), comprenderán que no hay alternativa a la negociación con Rusia. A Ucrania se le acaba el tiempo, y cuanto menos tiempo le quede, será peor. El títere pudo negociar una paz honorable, pero los títeres no deciden. Es de los tantos problemas que provoca ser títere. O gallinero. Que el que a mal árbol se arrima, mala sombra le cobija.

Sobre los vínculos atlantistas, vaya la pregunta de Nicolas Hausdorf, en su artículo Finis Europa, de 24 de marzo de 2022: "¿Arriesgaría EEUU, ante una invasión rusa de Europa occidental, su estatus de gran potencia en una guerra posiblemente devastadora contra Rusia y dejaría la historia a potencias emergentes como China e India?"…

Quedan, pues, avisados, ciudadanos del espacio gallinero, que están comprometidos por sus gobiernos a dos guerras. Una, en el Frente Atlántico, contra Rusia. Otra, en el Frente Pacífico, contra China. Deberían preguntar sobre el tema, que les va la vida en ello. Por lo pronto, les deseamos suerte, que la necesitarán, y mucha. Anoten, además, que Rusia todavía no ha respondido a las sanciones. Y no es porque carezca de munición. Otra cosa. ¿Saben cuál es el diario más prorruso fuera de Rusia? Global Times, la versión exterior del Diario del Pueblo, del Partido Comunista de China. Saquen conclusiones. Nosotros, rumbo a la periferia, que es pobre, pero sin riesgos. No es parte del gallinero.

lunes, 28 de marzo de 2022

EL INFIERNO SE HA INSTALADO EN UCRANIA

 Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya 

ctxt, 24/03/2022

[Recordemos: a día de hoy el grueso de nuestra prensa, con Antonio G. Ferreras y su mascota E. Domenech alias "Nanísimo" a la cabeza, siguen justificando que el régimen de Zelensky y sus ucronazis ate a civiles a farolas por se, según ellos, "saqueadores".



]


Una familia gitana atada a un poste y pintada de verde como humillación en Lviv (Ucrania).


Las imágenes que llegan hasta nosotros de la persecución y el trato inhumano que sufren las familias gitanas obligan a no perder ni un minuto en denunciarlas y pedir la condena de los causantes de esos atropellos.

Kamló phral (querido hermano): Mr. Normunds Rudevics. Presidente de la Unión Romaní Internacional. RIGA (Letonia).

Ante todo, pido a Dios que tú y tu familia gocéis de la salud y la libertad que merecéis y que son los mayores bienes a los que nuestro pueblo puede aspirar.

Mediante estas líneas quiero reclamar tu atención a propósito de la dramática situación por la que están atravesando buena parte de nuestros hermanos Rromá (gitanos) en Ucrania. Quiero suponer que, por razones de cercanía y vecindad, desde tu país, tendrás un conocimiento suficientemente claro del sufrimiento y la persecución a que están siendo sometidos, por unos y otros, los casi 400.000 gitanos y gitanas que pueblan el país.

Hasta mí, desde esta lejana España, llegan noticias tan alarmantes de la persecución y el trato inhumano que sufren las familias gitanas, que me veo obligado a pedir tu intervención personal con el fin de movilizar cuantas fuerzas estén a tu alcance para poner fin a tanta barbarie. Las imágenes que llegan hasta nosotros son de un realismo tan lacerante que obligan a no perder ni un minuto en denunciarlas y pedir la condena de los causantes de esos atropellos.

Han tenido que pasar muchos años desde que acabara la Segunda Guerra Mundial para que la humanidad tuviera conciencia de que el exterminio nazi en los campos de la muerte centroeuropeos es un reflejo de lo que está padeciendo nuestra gente en la frontera ucraniana.

Soy consciente de que Ucrania es un país en guerra y de que tanto la policía como el ejército están ocupados en defenderse del ejército invasor. Pero en Ucrania, estimado Normund, existe un racismo cruel e histórico contra nuestra gente. Los ultranacionalistas ucranianos son nazis. Seguramente tú lo sabes mejor que yo. La historia reciente así lo demuestra. En nuestra memoria están las escenas de violencia extrema llevada a cabo contra nuestra comunidad, en el año 2018, cuando miembros de las Brigadas Nacionales destruyeron las tiendas de campaña en un campamento de romaníes en el parque Holosiivskyi. Los miembros de la organización llegaron al asentamiento con hachas y martillos, cuando los propios gitanos, asustados, estaban abandonando el lugar. Lo destruyeron todo.

Algunos medios de comunicación europeos están difundiendo unas imágenes impensables en los tiempos que corren. Un grupo de gitanos y gitanas trataban de escapar de Kiev días pasados, pero al llegar a Leópolis, la ciudad que es una joya de historia y cultura mundial, fueron apresados por un grupo de racistas –algunas informaciones dicen que también intervinieron militares ucranianos– y les ataron a los postes para humillarlos. Te adjunto algunas fotografías. Por lo visto, estas acciones no son casualidad. Los nacionalistas ucranianos ya las hacían contra la población durante la II Guerra Mundial siguiendo una antigua tradición nazi de los racistas ucranianos. 

Amnistía Internacional Ucrania manifestó en su día que los ataques contra las comunidades romaníes dan testimonio de la naturaleza sistémica de la vergüenza y la total impunidad de los atacantes. La defensora del pueblo, Lyudmila Denisova, señaló que “esta situación muestra signos claros de discriminación por motivos de nacionalidad e incitación al odio contra la minoría nacional romaní”.

En consecuencia con lo expuesto

Te pido que ordenes una investigación lo más precisa que se pueda sobre las circunstancias que hacen imposible la vida de nuestros hermanos en Ucrania. Y que instes al “Presidium” de la Unión Romaní Internacional (IRU, por sus siglas en inglés) a que cada uno de sus miembros, en sus respectivos países, desarrollen cuantas acciones políticas, diplomáticas y de ayuda humanitaria ayuden a mejorar las condiciones de vida de quienes lo han perdido todo.

Te anuncio igualmente que, por mi condición de vicepresidente, responsable de Asuntos Exteriores de nuestra organización Internacional, reclamaré la protección de las familias gitanas ucranianas tanto de los Gobiernos enfrentados como de las autoridades de la Unión Europea y del Secretario General de las Naciones Unidas.

Sastipen thaj mestipén (Salud y Libertad).

Te aves baxtaló (que seas feliz), tradicional saludo de los gitanos europeos.

sábado, 26 de marzo de 2022

PATÓGENOS MORTALES CLANDESTINOS: ASÍ SE INFILTRARON EN UCRANIA LOS BIOLABORATORIOS MILITARES DE EEUU

LaRazóncl., 26/03/2022


El Ministerio de Defensa ruso reveló nueva información sobre los esquivos laboratorios biológicos financiados por EEUU descubiertos en el este…

Ubicación de biolaboratorios financiados por EEUU en Ucrania


El Ministerio de Defensa ruso reveló nueva información sobre los esquivos laboratorios biológicos financiados por EEUU descubiertos en el este de Ucrania en el marco de su operación especial en la nación, y esta noticia recibió una dimensión totalmente nueva al revelarse que en ellos estaba involucrado Hunter Biden, hijo del presidente de EEUU.

Una operación de 2.100 millones de dólares que explora algunos de los virus más mortíferos en al menos 30 laboratorios, bajo el patrocinio del Pentágono y de tres empresas privadas.

De hecho, este programa no era de dominio público porque a pesar de estar operando en 25 Estados, emplea a civiles que no tienen que rendir cuentas ante el Congreso y pueden eludir la ley debido a la falta de supervisión directa.

La existencia de este programa ha sido confirmada nada menos que por la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, en una audiencia del Comité del Senado el 8 de marzo. A pesar de ello, ha sido desestimada por la mayoría de los medios de comunicación estadounidenses que tildaron la situación de «conspiración», en un esfuerzo desesperado por esconder bajo la alfombra uno de los secretos mejor guardados de EEUU dentro de Ucrania.

Aunque el programa en sí es mucho más amplio —se extiende por África, Oriente Medio y el Sudeste Asiático—, es su rama ucraniana la que ha estado causando ansiedad en el Pentágono, así como en la Administración Biden, por el temor de que pueda caer en manos de las fuerzas rusas.

Entonces, ¿qué ha estado ocurriendo exactamente en los laboratorios biológicos de Estados Unidos en Ucrania?

Trabajo encubierto sobre virus mortales

Los laboratorios biológicos son operados por el programa militar de la Agencia de Reducción de Defensa de Amenazas de EEUU, o DTRA por las siglas en inglés. Además, el personal civil de estas empresas privadas puede operar en nombre del Gobierno estadounidense bajo cobertura diplomática, una práctica a la que recurre habitualmente la CIA.

Hay tres empresas de este tipo que operan en Ucrania: Metabiota Inc., Southern Research Institute y Black & Veatch, con puestos clave ocupados por antiguos, y en algunos casos, actuales oficiales militares y de inteligencia de alto rango.

Además del Pentágono, estas empresas dirigen proyectos federales de investigación biológica para la CIA y otras agencias gubernamentales. Según diversas fuentes, la DTRA financia unos 15 laboratorios biológicos en Ucrania, y hay datos acumulados sobre 10 de ellos:

1. Centro Regional de Laboratorio de Ternopol, Ternopil, calle Fedkovicha 13.

2. Laboratorio diagnóstico de Jerson (Centro regional de laboratorios de Jerson), Jerson, calle Uvarova, 

3. Instituto de Medicina Veterinaria de la Academia Nacional de Ciencias Agrarias de Ucrania.

4. Laboratorio diagnóstico de Vinnitsa (centro regional de laboratorios de Vinnitsa), Vinnitsa, calle Malinovski, 11.

5. Laboratorio diagnóstico de Transcarpatia (centro regional de laboratorios de Transcarpatia), Uzhhorod, calle Sobranetskaya, 96.

6. Laboratorio diagnóstico de Dnepropetrovsk (centro regional de laboratorios de Dnepropetrovsk), Dnepropetrovsk, calle Schmidt, 26 / calle Filosófica, 39A.

7. Laboratorio regional estatal de medicina veterinaria de Dnepropetrovsk, Dnepropetrovsk, avenida Kirov, 48.

8. Instituto de Investigación de Epidemiología e Higiene de Lviv Ministerio de Salud de Ucrania, Lviv, calle Green, 12.

9. Laboratorio Regional Estatal de Medicina Veterinaria de Lviv, Lviv, calle Promyslova, 7.

10. Laboratorio diagnóstico de Lviv (centro regional de laboratorios de Lviv), Lviv, calle Krupyarska, 27.

Empresas de EEUU ganan contratos cuantiosos

Según un acuerdo del 2005 entre el Departamento de Defensa de EEUU y el Ministerio de Sanidad de Ucrania, el Gobierno de Kiev tiene prohibido revelar cualquier información «sensible» sobre el programa estadounidense. Mientras tanto, Ucrania está obligada a transferir patógenos peligrosos de los laboratorios de su territorio al Pentágono para que se realicen más investigaciones biológicas. A cambio, el Ejército estadounidense tendría acceso a los secretos de Estado de Ucrania relacionados con los proyectos en curso.

Sin embargo, una organización financiada por el país norteamericano, el Centro de Ciencia y Tecnología de Ucrania (STCU), se estableció en el país incluso antes de este acuerdo. Con sus empleados dotados de inmunidad diplomática, el centro apoya oficialmente los proyectos de los científicos que anteriormente trabajaron en los programas soviéticos para crear armas de destrucción masiva.

En los últimos 20 años, el STCU ha canalizado 285 millones de dólares en financiación y ha gestionado unos 1.850 proyectos en todo el mundo. El trabajo se lleva a cabo oficialmente en línea con el programa lanzado en 1991 para prevenir la propagación de armas de destrucción masiva. Así, el objetivo declarado es garantizar el almacenamiento seguro y la destrucción de las armas nucleares, químicas y biológicas, junto con sus vectores, en los países de la antigua Unión Soviética.

Puesto que Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán destruyeron su arsenal de cabezas nucleares, en los papeles, el programa terminó en 2013. Sin embargo, en 2021 se presentó un proyecto de ley en el Congreso de EEUU para renovar el programa, supuestamente ante la «amenaza reemergente de la proliferación de armas de aniquilación masiva». No obstante, según el sitio web de Contratación Pública Federal, el programa nunca dejó de funcionar en realidad.

En 2013, Raytheon Technical Services Company LLC era uno de los contratistas de la DTRA para la ejecución del programa en Ucrania, con un contrato de 43,9 millones de dólares.

En 2016, el propio STCU obtuvo un contrato de cinco años de la DTRA para prestar servicios científicos y técnicos por un valor de 10 millones de dólares. En la actualidad, no está claro el alcance de la actividad en curso del STCU en Ucrania.

Brotes mortales en Ucrania: una coincidencia alarmante

Aunque no sea posible rastrear todas las investigaciones, la proliferación de biolaboratorios estadounidenses en suelo ucraniano y la financiación estadounidense de proyectos de la STCU coincidieron con varios brotes de graves enfermedades infecciosas en el país.

En enero de 2016, al menos 20 soldados ucranianos murieron de un virus similar a la gripe en cuestión de dos días en Jarkov, sede de uno de los laboratorios gestionados por EEUU. Más de 200 personas fueron hospitalizadas en aquel momento. Para el mes de marzo se registraron 364 casos mortales en toda Ucrania. La causa del 81% de las muertes fue la gripe porcina A (H1N1) pdm09, la misma que desencadenó una pandemia mundial de la enfermedad en 2009.

Más recientemente, se registró otro brote repentino de una enfermedad infecciosa, la hepatitis A, en el sureste de Ucrania, también sede de varios biolaboratorios del Pentágono.

El pasado mes de enero, 37 residentes de la ciudad de Nikolaev fueron hospitalizados con ictericia, lo que llevó a la Policía local a iniciar una investigación por sospecha de «infección deliberada con el virus de la inmunodeficiencia humana y otras enfermedades incurables».

Hace tres años, más de 100 personas de esa misma ciudad se enfermaron de cólera. En ambos casos, se asumió que la causa era el agua potable contaminada.

Ya en el verano de 2017, 60 personas fueron hospitalizadas con hepatitis A en la ciudad de Zaporiyia; la causa de ese brote sigue siendo desconocida. En la región de Odesa, 19 niños tuvieron el mismo diagnóstico, mientras que en noviembre de 2017 se registraron 27 casos en Járkov. El virus se descubrió en el agua potable.

Ucrania fue testigo de un brote de cólera en 2011, con 33 personas hospitalizadas con diarrea. En 2014, se diagnosticaron más de 800 personas con cólera, con casos repartidos por todo el país.

Similitudes peligrosas

Aunque los brotes en sí mismos no son prueba suficiente de ningún juego sucio, las enfermedades en cuestión se correlacionan curiosamente con la lista de patógenos peligrosos que los laboratorios estadounidenses han estado investigando. Por ejemplo, el Southern Research Institute tiene un proyecto sobre el cólera, así como sobre los virus de la gripe y del Zika, todos ellos designados por el Pentágono como patógenos de importancia militar.

Además del Southern Research Institute, los laboratorios de Ucrania están gestionados por otras dos empresas, Black & Veatch y Metabiota.

Black & Veatch

Fundada en 1915 en Kansas City, Missouri, Black & Veatch tiene actualmente su sede en Overland Park, Kansas. Se especializa en minería, centros de datos, ciudades inteligentes, banca y mercados financieros. Esta compañía cuenta con más de 100 oficinas por todo el mundo.

En 2020, Black & Veatch era la séptima empresa más grande del país norteamericano, con unos ingresos de 3.700 millones de dólares aquel año. Desde sus inicios, la actividad de la empresa ha estado inextricablemente ligada al Ejército y a las agencias de inteligencia estadounidenses.

Black & Veatch obtuvo dos contratos quinquenales de la DTRA por un valor de 198,7 millones de dólares para construir y gestionar laboratorios biológicos en Ucrania, Alemania, Azerbaiyán, Camerún, Tailandia, Etiopía, Vietnam y Armenia.

El sitio web de Compras Federales afirma que solo en Ucrania este contratista del Pentágono tiene compromisos de DTRA en línea con el Programa de Participación Conjunta Biológica por un valor de 140 millones de dólares desde 2013, con trabajos por un valor de 77 millones de dólares aún por completar.

En 2014, Metabiota, especializada en la identificación, seguimiento y análisis de posibles brotes de enfermedades, firmó un contrato federal de 18,4 millones de dólares como subcontratista de Black & Veatch en Georgia y Ucrania.

Southern Research

La organización sin ánimo de lucro Southern Research, fundada en Birmingham (Alabama) en 1941 con el nombre de Instituto de Investigación de Alabama, lleva a cabo investigaciones fundamentales y aplicadas para organizaciones comerciales y sin ánimo de lucro en cuatro áreas: desarrollo de la medicina, energía, medioambiente e ingeniería.

Durante los últimos 70 años, Southern Research se ha dedicado a actividades de investigación relacionadas con la defensa nacional. Sus primeros programas para el Departamento de Defensa de Estados Unidos incluían el desarrollo de materiales resistentes al calor para los sistemas de cohetes que regresan a la atmósfera terrestre.

A lo largo de las décadas, Southern Research amplió la dirección de su trabajo al desarrollo de sistemas de misiles balísticos, vehículos hipersónicos, etc.

Desde 2008, el Southern Research Institute era el principal subcontratista en Ucrania. En 2001, la empresa se convirtió en subcontratista del Pentágono para la investigación del ántrax. El principal contratista era Advanced Biosystems, dirigido en aquel momento por Ken Alibek, un antiguo microbiólogo soviético y experto en armas biológicas de Kazajistán, que se marchó a EEUU en 1992.

El Southern Research Institute es conocido por haber presionado activamente por los programas de investigación de la inteligencia estadounidense en el Congreso y en el Departamento de Estado, más o menos al mismo tiempo que empezaban a surgir laboratorios biológicos en Ucrania y otros países de la antigua URSS.

Así, la empresa pagó 250.000 dólares al senador Jeff Sessions (ex fiscal general de EEUU) por sus servicios de lobby en 2008-2009, cuando el Instituto obtuvo varios contratos federales.

En total, desde 2006 hasta 2016, el Southern Research Institute desembolsó unos 1,28 millones de dólares en actividades de lobby ante el Senado, la Cámara de Representantes, el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa.

Metabiota Inc.

Por último, Metabiota Inc. es la más privada de las empresas mencionadas, vinculada a los biolaboratorios de Ucrania. Esto podría explicarse por sus vínculos con la familia del presidente de EEUU, Joe Biden, más concretamente con su hijo, Hunter Biden.

Fundada en 2008, Metabiota recibe encargos de gobiernos, compañías de seguros y ganaderos para investigar y evaluar las amenazas de enfermedades infecciosas, digitalizar los datos microbianos mundiales y evitar activamente la propagación de enfermedades.

En su primera etapa fue financiada por Rosemont Seneca Technology Partners (RSTP), una rama de Rosemont Capital, un fondo de inversión fundado por Hunter Biden y Christopher Heinz, hijastro del ex secretario de Estado John Kerry en 2009, en el que Biden era director general.

Los turbios negocios de Hunter Biden en el extranjero, que ocultaban una red de corrupción en la que pretendía utilizar la notoriedad de su padre para conseguir acuerdos sin escrúpulos, desde Ucrania hasta Hong Kong, han dado vueltas durante años, pero no han dado lugar a ninguna acción por parte de las autoridades estadounidenses o internacionales hasta ahora, con una investigación todavía en curso.

Metabiota figura en las carteras archivadas de RSTP, con informes financieros que muestran que RSTP cubrió la primera ronda de financiación de la empresa por un importe de 30 millones de dólares.

Desde 2014, Metabiota ha sido socia de la EcoHealth Alliance dentro del proyecto PREDICT del programa Amenazas Pandémicas Emergentes (EPT) de USAID, que tiene como objetivo llevar a cabo la vigilancia global de patógenos para ostensiblemente «identificar y prevenir la amenaza de nuevas enfermedades infecciosas emergentes».

Sin embargo, como parte de estos esfuerzos, los investigadores de Metabiota, EcoHealth Alliance y el Instituto de Virología de Wuhan realizaron conjuntamente un estudio sobre las enfermedades infecciosas de los murciélagos en China.

Los investigadores de EcoHealth Alliance y Metabiota también colaboraron en proyectos controvertidos sobre cómo «vivir de forma segura con los murciélagos», y en investigaciones que vinculan los brotes de enfermedades infecciosas emergentes con el comercio de animales salvajes.

Los investigadores de Metabiota también figuran junto con el personal de EcoHealth Alliance en un estudio de 2014 sobre la diseminación del henipavirus Nipah, un estudio de seguimiento del ébola en 2014 y un estudio sobre el herpes en 2015.

En abril de 2021, la USAID anunció un nuevo proyecto financiado por los contribuyentes, dirigido por la EcoHealth Alliance, para el seguimiento de nuevas enfermedades infecciosas con potencial pandémico.

Metabiota, cuyos investigadores figuraban como autores de artículos fechados en junio de 2021 relacionados con la vigilancia de los coronavirus en África, también está vinculada al nuevo proyecto encabezado por EcoHealth Alliance.

Metabiota lleva mucho tiempo vinculada a una conocida y controvertida empresa tapadera de la CIA, In-Q-Tel, creada en 1999 como «la primera empresa de capital riesgo patrocinada por el Estado».

In-Q-Tel es una empresa estadounidense de capital riesgo sin ánimo de lucro con sede en Arlington, Virginia, fundada para impulsar la seguridad nacional «conectando a la Agencia Central de Inteligencia y a la comunidad de inteligencia estadounidense con empresas emprendedoras respaldadas por el Estado». La empresa, fundada por Norm Augustine, antiguo director general de Lockheed Martin, y Gilman Louie, que fue el primer director general de In Q-Tel, está considerada como una empresa que marca tendencias en el sector de las tecnologías de la información.

In-Q-Tel recibió financiación por al menos 120 millones de dólares en 2016, principalmente de la CIA, pero también de la NSA, el FBI y el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Aunque In-Q-Tel opera parcialmente de forma pública, hay un manto de secretismo sobre sus productos y su uso, siendo los más famosos conocidos los sistemas analíticos para el análisis de datos de Palantir Technologies y la aplicación de intercambio de mensajes cifrados.

Con los documentos en la mano, Rusia abordó las pruebas condenatorias relativas a los laboratorios biológicos financiados por Estados Unidos en Ucrania.

El 11 de marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió en una sesión especial convocada a petición de Rusia para debatir la cuestión. Sin embargo, la secretaria general adjunta de Asuntos de Desarme de la ONU, Izumi Nakamitsu, dijo que la organización «no tenía conocimiento» de ningún programa de armas biológicas en Ucrania.

Washington se apresuró a denunciar las afirmaciones de Rusia, y Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, la acusó de «inventar falsos pretextos en un intento de justificar sus propias acciones en Ucrania».

Rusia exigirá una explicación sobre la participación de Hunter Biden, el hijo del presidente estadounidense, en la financiación de la investigación de patógenos en Ucrania, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

jueves, 24 de marzo de 2022

A 23 AÑOS DEL BOMBARDEO OTAN CONTRA YUGOSLAVIA: LECCIONES SOBRE EL PRESENTE

Misión Verdad, 24/03/2022


Hace exactamente 23 años, los países de la OTAN, sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, ordenaron a sus tropas bombardear la República Federativa de Yugoslavia como parte de una operación ofensiva nombrada Fuerza Aliada, bajo el pretexto de una supuesta intervención humanitaria para "prevenir el genocidio" de los albano-kosovares.

Los ataques aéreos se extendieron por 78 días, comenzando el 24 de marzo y finalizando el 10 de junio de 1999. Durante ese tiempo, se utilizaron más de mil aviones para arrojar más de 3 mil misiles de crucero y alrededor de 80 mil toneladas de bombas sobre el territorio del país balcánico (que en ese entonces consistía en Serbia y Montenegro). El número de fallecidos, la mayoría de ellos civiles, oscila entre 2 mil 500 y 3 mil 500 personas. 89 eran niños, lo que significa que, en promedio, la OTAN asesinó a un niño cada día mientras duraron los bombardeos. Unas 10 mil personas resultaron gravemente heridas. La mayoría de las víctimas fueron serbios.

Los bombardeos afectaron instalaciones tanto militares como civiles. Hospitales, puentes, refinerías de petróleo, centrales eléctricas, sedes de partidos políticos, vías férreas, escuelas y hasta la embajada de China en Belgrado fueron objetivos de las bombas.

En total, la intervención militar de la OTAN ocasionó la destrucción de 25 mil edificios residenciales, 450 kilómetros de carretera, casi 600 kilómetros de vías de ferrocarril, cerca de 40 puentes, 100 escuelas y guarderías, 30 hospitales y 14 aeródromos. Los daños materiales se cuantifican en unos 100 mil millones de dólares.

El cinismo de la OTAN es tal, que decidió celebrar una cumbre de emergencia en el aniversario del inicio de los bombardeos. En la reunión, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, discutirán la prestación de asistencia a Ucrania y la respuesta a las acciones de Rusia.

Hay que recordar que, siendo senador, Biden fue uno de los más activos partidarios del bombardeo en 1999.

UCRANIA ES LA SECUELA DE LA INTERVENCIÓN OTAN CONTRA YUGOSLAVIA

Occidente simula haber olvidado el caso de Serbia para poder volverse contra el presidente Putin y acusarlo de provocar el primer conflicto militar en los límites de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Además de estar omitiendo el bombardeo de 1999, intenta borrar los vínculos que éste tiene con los acontecimientos actuales en Ucrania.

En declaraciones para RT, el célebre cineasta serbio Emir Kusturica subrayó la continuidad entre ambos eventos, argumentando que el segundo es una secuela del primero en tanto que son conflictos impulsados por el bando atlantista con el interés imperial estadounidense como prerrogativa.

"Esta guerra no surgió de la nada. Esta es una continuación de algo sembrado mucho antes", dijo el director. "Se puede ver la continuidad de la rusofobia en Occidente, que rechazó la oferta de asociación de Rusia después de la Guerra Fría", agregó.

Kusturica explicó que, como excusa de la guerra, el derecho internacional se transformó en "derecho humanitario" y más tarde se volvió una doctrina llamada Responsabilidad De Proteger (R2P).

Por otro lado, señaló que al triunfo de la intervención militar de la OTAN le siguió la puesta en práctica de los primeros modelos de revolución de color que causaron el derrocamiento del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. La estrategia de golpe blando luego fue utilizada en Ucrania en 2004 y en 2014, refirió Kusturica.

Además, cabe acotar que el objetivo OTAN consistió en la desintegración del Estado yugoslavo, teniendo éxito al final. Lo mismo sucede ahora contra Rusia, en un planteamiento de cambio de régimen del cual el Kremlin tomó nota y llevó a cabo acciones para socavarlo.

"En un mundo unipolar, nadie está pagando un precio por [sus] movimientos (...) Ahora nos enfrentamos a la deconstrucción del poder [occidental] en todo el mundo, y creo que lo que importa al final es qué tipo de armas tienes", dijo el director.

NO HAY PUNTO DE COMPARACIÓN CON LA OPERACIÓN ESPECIAL DE RUSIA EN UCRANIA

La operación especial militar de Rusia en Ucrania fue el último recurso utilizado después de agotar todos los canales diplomáticos para exigirle a Occidente que detuviera una mayor expansión hacia el este de la OTAN.

Estados Unidos, Reino Unido y otros miembros de la OTAN ya habían construido más de 30 instalaciones militares en Ucrania, incluidos laboratorios del Pentágono para el desarrollo de armas biológicas. Kiev declaró públicamente la intención de utilizar sus instalaciones nucleares y su potencial científico-militar para desarrollar armas nucleares. Se conoció que 150 mil militares y batallones nazis ucranianos se habían concentrado en la región del Dombás. El gobierno de Zelenski, con respaldo de Washington, se estaba preparando para una ofensiva total contra el Dombás a través de la guerra en marzo.

En enero de 2022, Rusia advirtió que se vería obligada a tomar medidas adicionales para proteger su seguridad. El 22 de febrero, el presidente Putin anunció el reconocimiento de la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. El 25 de febrero comenzó la operación de las Fuerzas Armadas Rusas.

Moscú está trabajando con armas modernas de alta precisión, atacando solo las instalaciones de infraestructura e interés militar, como bien lo confiesa una fuente del Pentágono a Newsweek. El objetivo no es ocupar Ucrania, sino desmilitarizar y desnazificar al país y llevar ante la justicia a todos los actores de responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad contra civiles en la guerra de ocho años contra el Dombás. Al mismo tiempo, la operación rusa busca lograr la neutralidad de Kiev (negativa de unirse a la OTAN).

Los esfuerzos por minimizar las bajas entre la población civil se ven saboteados por los neonazis ucranianos. Ellos instalan artillería y tanques en zonas residenciales e infraestructuras civiles, prohíben a los ciudadanos salir de las zonas de guerra, los secuestran en instalaciones de asistencia y trabajo civil (escuelas, hospitales, fábricas, edificios residenciales) y los convierten en escudos humanos. Estados Unidos y otros países europeos los asisten con suministros de armas y encubren sus crímenes a través de la guerra informativa en medios de comunicación masivos y redes sociales.

Fueron los países de Occidente quienes comenzaron a sacudir la situación que condujo al conflicto en Ucrania, así como sucedió 23 años atrás en la extinta Yugoslavia, en específico en la región serbia actual, y son los atlantistas angloeuropeos los que tienen el mayor interés en la guerra para intentar, a través del caos, mantener el mundo unipolar como lo conocíamos hasta hace poco.